domingo, 17 de febrero de 2013

Córdoba y el reflejo de Alhakam II


Córdoba tiene sus orígenes en la prehistoria, aunque los primeros yacimientos son de la Edad de Bronce en los siglos IX y VIII a.C.. Por su posición estratégica junto al Guadalquivir, fue una ciudad codiciada por todos. Fue ocupada por los griegos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos.
En el siglo III a.C. fue ocupada por los romanos viviendo su máximo esplendor en el siglo II d.C. cuando Claudio Marcelo fundó la ciudad de Corduba y la declaró capital de la Hispania Ulterior. De su periodo de ocupación se mantuvieron su infraestructura urbana, varios monumentos y una activa vida comercial y cultural. De esa época: los 2 Foros, el anfiteatro y varios templos. Al trasladarse la capital a Hispalis, llegaron los visigodos y ocuparon la ciudad, hasta la llegada de los musulmanes en el siglo VIII.
Pero su legado romano y visigodo, quedó eclipsado por la cultura del Al-Andalus, que se desarrollo en todo su esplendor durante esos siglos de ocupación. Sobre todo durante el siglo X, Córdoba el centro cultural de Europa. Allí se congregaban todos los filósofos, médicos, sabios, astrólogos, matemáticos, poetas, del mundo.
Córdoba fue en la Edad Media el puente entre oriente y occidente. Era el Califato de Córdoba, la representación más importante de la cultura y el poder musulmán en occidente. Los musulmanes ocuparon Córdoba durante los siglos VIII al año 1013, dejando un legado importantísimo tanto cultural como monumental. En el año 756 con la toma de la ciudad y la creación del emirato independiente de Al-Andalus, con Abd al-Rahman I, quien hizo reconstruir las murallas, el Alcázar y amplió la mezquita. Su hijo la amplió también y luego con Abd al-Rahman III cogió un total protagonismo. En el año 929 fu nombrada capital del califato independiente de Damasco y se convirtió en la sede religiosa, administrativa y política de los reinos del Islam en occidente. Con su hijo Alhakam II alcanzó su máximo esplendor cultural.
Luego en el año 1013 tuvo lugar el derrumbamiento del califato y se declaró taifa. En el año 1236 Fernando III, ocupó la ciudad y tuvo lugar la Reconquista, con él la ciudad siguió enriqueciéndose de otra cultura, la cristiana. Estos la llenaron de iglesias, monasterios, conventos, hospitales, palacios, la catedral, casas señoriales,..
En el siglo XVI, Felipe II hace construir las Caballerizas Reales, dada su gran afición por los caballos. La ciudad construyó la Puerta del Puente en su honor. La administración borbónica no permitió, que Córdoba resurgiera y se desarrollara económicamente. Estuvo mal durante siglos. En el siglo XIX con la ocupación francesa y la guerra de la Independencia, lo pasó todavía peor. Córdoba empezó a recuperarse con la construcción de la Universidad, que trajo un crecimiento de la población y de la economía.
En 1994 la UNESCO declaró su casco antiguo Patrimonio de la Humanidad. Y en definitiva, por todo este patrimonio histórico de la ciudad de Córdoba se convierte en la ciudad española más visitada por los turistas.
Córdoba es una ciudad cautivadora y llena de historia. Su casco histórico con sus calles estrechas y sus edificios antiguos, sus patios decorados con macetas de flores y sus fuentes en medio, llevan al visitante a transportarse a otra época. La ciudad está inmersa en un ambiente y su aroma muy peculiar a azahar y nardos. Su casco antiguo es cautivador.

Hay muchísimas cosas para visitar en esta ciudad y se puede visitar de muchas formas: la mejor a pie, saboreando cada rincón, calle, taberna, y perdiéndose por la judería, y casco antiguo, en especial por todas las calles que rodean La Mezquita de Córdoba.

Lo que llama mucho la atención es la cantidad de patios que tiene Córdoba, su disposición y su decoración. Existen patios de dos clases: los patios de casas particulares, en los que éstos son el centro de las casas y todas las habitaciones están dispuestas alrededor, siendo su suelo y sus paredes de mosaico; los patios de las casas de vecinos: son casas de 2 pisos, de balcones corridos, unas escaleras y un tejadillo, en las que viven varias familias.
Os recomiendo un pequeño hotel al lado de La Mezquita. Al lado totalmente: Hostal Posada Los Alcázares. Un lugar acogedor, limpio, bonito, agradable, sencillo y económico. Y para comer no debéis dejar de ir a Bar  Moriles. Os sorprenderá por la excelente calidad, cantidad y por el precio. Suele estar lleno a casi todas horas, pero al ser un lugar relativamente grande, mientras os tomáis un vino, os asignan una mesita en poco tiempo.

Recuerdos fotográficos de Córdoba: