jueves, 4 de abril de 2013

El Sabor del Imperio Romano en Mérida

Las escapadas a algunas ciudades españolas suelen durar un día o unas cuantas horas. Es lo que se suele hacer cuando se visita Mérida, si bien para saborear mejor la ciudad, bien merece varios días. La bella ciudad, a orilla del río Guadiana, está impregnada de la huella dejada por el Imperio Romano, y en especial por su famoso y célebre Teatro Romano de Mérida. Conocer la ciudad en diferentes épocas del año, facilita una imagen distinta a la tradicional. Este es el caso de nuestra visita a Mérida en Diciembre de 2012.

Atravesar el maravilloso puente romano, en una fría y temprana mañana de invierno, invita a soñar con escenas pasadas ocurridas en la ciudad de Mérida y descubrir la Alcazaba Árabe, El Templo de Diana, El Acueducto de los Milagros, La Casa de Mitreo, Plaza España, Puente Lusitania, El Museo Nacional de Arte Romano y otros tantos rincones y esquinas de esta ciudad, y por no hay dejar pasar por alto La Basílica de Santa Eulalia y su centro de interpretación.
Tras reponer fuerzas con una deliciosas migas, nos encaminamos a uno de los puntos de mayor atractivo histórico: El Teatro Romano de Mérida.

El teatro se construyó bajo el patrocinio del yerno del emperador Augusto Agripa. Se edificó sobre una ladera de una loma, lo que abarató principalmente los costes de construcción, levantando el resto con hormigón forrado de sillares. La dañada grada superior (summa cavea) era la única pared que emergía de la construcción, antes que se comenzaran las excavaciones en 1910. La Cavea Ima, donde se sentaban los caballeros de Mérida, se remodeló en la época  de Trajano, levantando en su centro un lugar sagrado, cercado de una baranda de mármol. Delante se contemplan tres gradas más bajas y anchas, donde se acomodaban los sacerdotes y magistrados de la ciudad.  La escena termina con una pared alta. Todo se levanta sobre un podio bellamente adornado en marmol. Al frente se ubican tres vanos, por los que entraban al escenario los actores. Al lado el Anfiteatro, levantado en S. VIII a de C., tal y como prueban las inscripciones encontradas en las tribunas. Se utilizó como escenario para diversos espectáculos: cacerías de animales, luchas de gladiadores.
Sería largo el describir cada uno del resto de las visitas efectuadas. Dejo una muestra gráfica de buena parte de ellas. Mérida bien merece una nueva visita en otra época del año.

























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