Me regalaron este libro de
Javier Sierra en un momento clave. Estaba estudiando el arte gótico y el renacimiento.
Mis compañeros de clase, al igual que mi profesor, se habían pronunciado sobre el libro desde diferentes ópticas muy opuestas; amor y odio.
Algunos adoraban, la trama, el desarrollo, la capacidad de no solamente introducirte en el cuadro, sino despertar el deseo de visitar El Prado, para escudriñar los cuadros tras la lectura del libro.
Otros, por el contrario, lo tachan de fantasioso y que desde un punto de vista imaginativo, todo es posible.
Libro entretenido, con una trama muy simple; valorando más el análisis, en exceso, que hace de los cuadros y la vinculación de los mismos con el autor y la época.
Para mi gusto, el final de la novela, no ha sido de mi agrado. Tanto el Maestro, como el inspector, son personajes que aparecen y desaparecen en cualquier momento, como no puede ser menos ante su propio "ser".
El maestro del Prado, da comienzo describiendo unas cuantas pinturas de Rafael Sanzi: "La Perla, La Visitación, Retrato de un cardenal, La Escuela de Atenas, La Sagrada Famila del Roble, y el papa León X y dos cardenales". Otros autores como Tiziano, Botticelli, Juan de Juanes, Murillo, Brueghel el Viejo, El Greco y el Bosco, con "El Jardín de la delicias", desfilan junto a una infinidad, en exceso, de políticos de la época, escritores, pensadores, Papas y otros personajes, junto curiosidades ocultas en los lienzos y tramas "pintorescas"
Hay que destacar que en el libro, figuran fotos de la mayoría de estas obras que ayudan al lector a ver y analizar la obra con más sigilo y detenimiento.
En definitiva una libro que se devora fácilmente, gracias a la escritura ágil de Javier Sierra, que en este caso le acompañan obras de grandes autores y como ya he comentado cargada de un exceso de datos, fechas, personajes que nos obligan a leer con sumo detenimiento y atención y con lápiz en mano.